martes, 30 de agosto de 2011

CRÓNICA DE UNA NOCHE DE VERANO POR: MIGUEL ÁNGEL GÓMEZ CORTES

Ruta Nocturna MTB. “Antenas de Ricote 2011”.

El día 27 de agosto a las 22: 00 h. tres aventureros salimos con el único pretexto de experimentar un nuevo reto, el de subir a la cima de Ricote a unos 1.125 m de altura de noche.
Era necesario equiparse bien de herramientas, cámaras, bebida, comida y sobre todo en equipos de iluminación, pero no con linternas de altos precios si no con lámparas “led” esas de los multiprecios, suficiente para las tres horas aproximadas de ruta.
Con ilusión ante el nuevo objetivo y superando algunas dificultades iniciales nos pusimos en camino.
Las sensaciones eran totalmente diferentes a las acostumbradas por el día, todo se magnifica y sobre todo la incertidumbre al enfrentarnos a una dura travesía.
Nada más iniciar la salida era curioso como las personas por la calle se nos quedaban mirando con sorpresa como a esas horas de noche éramos capaces de coger nuestras bicicletas para adentrarnos en la oscuridad de la carretera hacia Ojós.
Nosotros seguros de nuestras intenciones y circulando con precaución observamos como los conductores también prudentes aminoraban la marcha y algunos por la ventanilla nos hacía algún comentario. Una vez sobrepasado el riesgo de la circulación sobre todo en un fin de semana de fiestas populares cruzamos a la pista forestal que nos llevaría a la cima.
En ese momento el ruido del tráfico y la iluminación de las poblaciones cercanas van desapareciendo para dar paso a los sonidos de la naturaleza, es extraño notar como se agudizan nuestros sentidos y como nuestra visión se acomoda a la luz que dirigimos y recorta de manera difusa todo aquello que surge a los márgenes de la pista.
Al cabo de un tiempo y tras iniciar las primeras curvas de ascenso vemos como puntos luminosos se organizan entre las sombras del arbolado para formar una panorámica nocturna impresionante, son las poblaciones de nuestro valle. Ojós, Ricote y Blanca esta es la recompensa a nuestro esfuerzo.
Seguimos nuestra ruta entre intermitentes conversaciones hasta llegar al cruce que divide la tierra y el asfalto 3 Km. de subida sin descanso con rampas de hasta 23% de desnivel. Nos armamos de coraje e iniciamos la subida con el inconveniente del alto grado de humedad y el viento que dificultaba nuestra marcha.
La dificultad ya es máxima sobre todo cuando las condiciones son adversas a todo ello se le suma una suave niebla que penetra entre los árboles y actúa como pantalla ante el resplandor de nuestras luces. En ese momento ya cesan las palabras y cada uno se centra en su respiración, en suministrar las fuerzas hasta el momento de llegar a la meta.
Nos acercamos a los últimos metros que se afrontan con mayor entusiasmo y una gran emoción, al finalizar nos invade un sentimiento de satisfacción por haber cumplido nuestro objetivo.
Nos preparamos para el descenso, un descenso que promete ser arriesgado, bajamos con prudencia las primeras curvas hasta que nos acomodamos a las condiciones de luz. Tenemos en mente que nos espera una interminable bajada con picos de velocidad de unos 50 Km hora por ello la alerta es máxima y el nivel de concentración. La adrenalina se dispara cuando las curvas se hacen más difíciles y el descenso se dificulta con las irregularidades del terreno.
Al final todo sale como esperábamos sin ningún percance. Todas las dudas que se nos planteaban en un principio sólo eran barreras psicológicas las cuales hemos podido superar.
Muchas veces por temor a lo que pueda suceder no nos atrevemos a salir de lo habitual y conocido, por ello os animamos a que en la próxima salida nos unamos un gran número de ciclistas de montaña y podamos no solo con palabras describir nuestra aventura.
Un saludo de Miguel Ángel.

Gracias a Jesús y Pedro por acompañarme en este propósito.

1 comentario:

  1. Hola Miguel Ángel
    Chapo... Seguro que lo pasasteis bien... Seguro...
    Espero algún día hacer esa ruta...
    Un saludo
    P.D: falta alguna foto de esa vista... Espero que tengas alguna

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